Segunda parte
El diseño de sistemas y
tecnologías alternativas
Capítulo 4
Generación de tecnologías sustentables
apropiadas para la agricultura alternativa
Durante el siglo pasado, en los países
industrializados, el crecimiento agrícola se abasteció de energía barata,
innovación tecnológica, de abundantes recursos y, además, de factores
culturales. La mayoría de los proyectos de desarrollo agrícola han tenido como
objetivo aumentar la producción de productos agrícolas y sus nexos con el
mercado (Perelman 1977, Conway 1985). Este énfasis en el incremento de la
producción agrícola fue transferido a los países en desarrollo sin considerar
condiciones ecológicas y socio-económicas, y se justificó al considerar a los
problemas de hambre y pobreza rural como problemas mayoritariamente de
producción. En consecuencia, las técnicas de desarrollo agrícola no se
adecuaron a las necesidades y al potencial de los campesinos locales.
Consecuencias de una tecnología inapropiada
Ejemplos de las consecuencias ambientales
por los profundos cambios tecnológicos abundan en los países menos
desarrollados. Un ejemplo es la sustitución de la fuerza del búfalo por el
tractor en Sri Lanka (Senanayake 1984). A primera vista, esta sustitución, en
las comunidades de este país, pareció significar, por una parte, un intercambio
entre una siembra más oportuna y un ahorro de mano de obra y, por otra parte,
la provisión de leche y abono. Sin embargo, los búfalos crean bañaderos y esto,
a su vez, proporciona un número sorprendente de beneficios. En la temporada seca,
los bañaderos se convierten en refugios para peces los que vuelven a los
arrozales en la temporada lluviosa. Los agricultores y los que carecen de
tierras atrapan estos peces y se los comen aportando un gran valor proteico;
otros peces se comen las larvas de los mosquitos que provocan la malaria. Los
matorrales que rodean los bañaderos, albergan serpientes que se comen a las
ratas que atacan el arroz y lagartos que predan los cangrejos que a su vez se
alimentan de los brotes del arroz. Los agricultores también usan los bañaderos
para preparar frondas de cocoteros para hacer techos de paja. Si los bañaderos
desaparecen, también desaparecen los beneficios que traen. Las consecuencias
adversas pueden no parar aquí. Si se usan plaguicidas para matar las ratas, los
cangrejos o las larvas de los mosquitos, la resistencia a los plaguicidas o la
contaminación pueden convertirse en un problema. Algo similar ocurre si los
techos de paja se sustituyen por tejas: se puede acelerar la destrucción
forestal dado que se requiere leña para cocer las tejas (Conway 1986).
Otro ejemplo claro que muestra el uso
inadecuado de la tecnología, es la Revolución
Verde que intentó solucionar los problemas
de producción de cultivos en el tercer mundo a través del desarrollo de variedades
de cereales de alto rendimiento que requerían de grandes insumos de
plaguicidas, fertilizantes, riego y maquinaria (Perelman 1977). Contrariamente
a lo que se esperaba, ninguna serie tecnológica significativamente capaz de
aumentar el rendimiento, se pudo ofrecer a la mayoría de los campesinos (de
Janvry 1981). La nueva serie fracasó, pues no tomó en cuenta las propiedades de
la subsistencia agrícola, habilidad para sustentar los riesgos, restricciones
de mano de obra, las combinaciones simbióticas de cultivos, requerimientos
nutritivos, factores que determinan los niveles y criterios de manejo de
recursos usados por los agricultores locales. En la mayoría de los casos, las
nuevas variedades no pudieron superar a las locales al ser manejadas con las prácticas
tradicionales (Perelman 1977). Las enfermedades epidémicas invadieron las áreas
donde se aceptaron vastamente los nuevos «cereales milagrosos». Los genetistas
pronto aprendieron, que al sembrar toda una región con variedades genéticamente
similares, podía causar ataques desastrosos, desencadenados por enfermedades o
plagas de insectos (Adams et al. 1971). Rápidamente los campesinos dejaron las
nuevas variedades debido a su alto costo de producción (de Janvry 1981). Por
ejemplo, la mayoría de los pequeños agricultores no pudieron adquirir un pozo
tubular, componente esencial en la nueva tecnología de regadío (Perelman 1977).
Por lo visto, parece que sólo una pequeña parte de los agricultores sacó
provecho de la
Revolución Verde.
Investigación de sistemas agrícolas
Uno de los factores claves en el
desarrollo agrícola moderno es la disponibilidad de una organizada
infraestructura educacional, de investigación y extensión. Aunque en la mayoría
de los países, con muy pocas excepciones, existe tal cadena, ésta no se
encuentra específicamente dirigida a los problemas y necesidades de pequeños
agricultores.
Mas bien, gran parte de la investigación
agrícola ha beneficiado a aquellos individuos que tienen fácil acceso al
capital: grandes agricultores y comerciantes agrícolas (Busch y Lacy 1983). Por
ejemplo, en el control de plagas, alrededor de un 92% de esfuerzo de
investigación se centró en el uso de herbicidas, un 55% y un 89% de la
investigación se basó, respectivamente en el uso de técnicas de aplicación de
plaguicidas para el control de plagas y enfermedades (Pimentel 1973). En
efecto, casi ninguno de los investigadores, examinan métodos alternativos de
producción agrícola y, por eso, la riqueza de la información que pudiere
hacerse extensiva a los pequeños agricultores, incluso si existe una cadena, se
ve limitada.
Es claro que la generación de tecnologías,
adecuada a las necesidades de otros agricultores, debe nacer de estudios
integrados de las circunstancias naturales y socioeconómicas que influyen en
sus sistemas agrícolas y dominan sus respuestas frente a tecnologías
alternativas. Muchas situaciones pueden influir en la decisión del agricultor
para elegir el tipo de sistema agrícola o de práctica de manejo. Las
condiciones naturales (clima, suelo, plagas, enfermedades) imponen
restricciones biológicas al sistema de cultivos. Por otra parte, muchas
circunstancias socioeconómicas (transporte, capital, mercado, mano de obra,
insumos agrícolas, crédito, asistencia técnica) afectan el ambiente externo que
condiciona las tomas de decisiones del agricultor. Al llevar a cabo una
investigación multidisciplinaria, en predios seleccionados de agricultores, y
al analizar las restricciones sociales, económicas, técnicas y ecológicas que
enfrentan estos agricultores en la producción de cultivos, se puede obtener una
importante retroalimentación acerca de las prácticas de manejo, condiciones y
necesidades agrícolas. Por lo tanto, esta información se puede tomar en cuenta
para incorporarla a la investigación de cultivos que se realiza para el
desarrollo de una tecnología que se adapte a las necesidades y recursos de los
agricultores.
Sólo recién se puede disponer de las
descripciones detalladas de las metodologías de investigación que se adecuan a
las condiciones reales de los agricultores tradicionales del mundo en
desarrollo (Harwood 1979, Hildebrand 1979, Byerlee et al. 1980, Zandotra et al.
1981, y Shaner et al. 1982). Estas metodologías surgieron como respuesta a las
críticas del desarrollo rural internacionalmente fundado; éstas acusan que, en
los programas pasados, no existía un entendimiento acerca del ambiente
socioeconómico y ecológico donde trabajaban, no considerando a los pequeños
agricultores como colaboradores beneficiarios y, además, fomentaban de manera
inepta una tecnología inapropiada.
La metodología más común, denominada
investigación de sistemas agrícolas (FSR), tiene diversas variantes, sin
embargo, en general, comprende un entendimiento sobre los sistemas agrícolas
pertinentes. Un equipo multidisciplinario reúne información relevante en la
zona seleccionada mediante un análisis de los datos básicos, provenientes de
materiales publicados o no publicados, una realización de estudios del campo
que incluye entrevistas con agricultores, y otros expertos, acerca de las
circunstancias agrícolas y observaciones en terreno. A partir del estudio, los
investigadores pueden formular hipótesis del porqué los agricultores hacen uso
de estas particulares prácticas (Figura 4.1).
El FSR sería considerado un método
para la investigación agrícola, orientado a los problemas que comienzan al
diagnosticar las condiciones, prácticas y problemas de determinados grupos de
agricultores. Una vez que se identifican los problemas, se diseña un programa
de investigación que se adecue a ellos. Una parte fundamental de cualquier
programa como éste, realiza experimentos en los campos de los agricultores bajo
sus condiciones y manejo. Luego, se evalúan dichos experimentos usando
criterios que son importantes para el agricultor y los resultados obtenidos se
usan para hacer recomendaciones.
Prototipos y variantes del FSR
Método de Sondeo. A comienzo de los años 70, en Guatemala,
Hildebrand (1981) desarrolló el método de Sondeo que comprendía una combinación
productiva de disciplinas (agronomía, ciencia veterinaria y socioeconomía) para
llevar a cabo evaluaciones rápidas con el fin de generar una tecnología nueva.
Un equipo visita un predio con prácticas y sistemas agrícolas homogéneas
tratando de entender los agroecosistemas e identificar los avances tecnológicos
apropiados. Las ideas acerca de mejores prácticas agrícolas surgen de las
discusiones entre los científicos y los agricultores, quienes son sometidos a
prueba por un equipo tecnológico examinador en el mismo predio.
Método IRRI y CIMMYT. A fines de los años 70 y a comienzos de
los 80, los científicos del CGIAR (Consultative Group on International
Agricultural Research), principalmente del CIMMYT (Centro Internacional de
Mejoramiento de Maíz y Trigo) y del IRRI (International Rice Research
Institute), desarrollaron la investigación de sistemas agrícolas para
aplicarlos en América Latina y en el Sudeste Asiático, siguiendo la siguiente
secuencia lógica de pasos (Harwood 1979; Byerlee et al. 1980):
1. Selección de la zona objetivo.
Dentro de las regiones varían considerablemente los sistemas de cultivos y las
prácticas de los agricultores. Los sitios que poseen patrones de cultivo,
características agroclimáticas y situaciones económicas relativamente similares
son seleccionados por equipos multidisciplinarios, compuestos generalmente por
un grupo de economistas, sociólogos, agrónomos y proteccionistas de
plantas.
2. Descripción del medioambiente.
Se recopilan datos sobre el clima, suelo, topografía, precipitaciones, sequía,
hidrología, temperaturas, duración del día, fertilidad del suelo, laderas,
plagas de insectos, enfermedades y malezas.
3. Estudios del predio. El estudio
del predio incluye una evaluación fisica y una socioeconómica. El componente
biofísico comprende: (a) la identificación de los tipos de suelo en el terreno,
(b) la identificación de los cultivos existentes, patrones y sistemas (como
rotaciones y policultivos), (c) la descripción de los sistemas de cultivo
determinantes, (d) la descripción de los tipos de predios y la base de recursos
en el terreno y (e) la identificación de las interacciones del sistema
agrícola, incluyendo aquellas entre el cultivo y el ganado, y los complementos,
como por ejemplo los residuos del cultivo que se usan para alimentar el ganado
y el estiércol que se usa como fertilizante. Los especialistas también
describen las prácticas de manejo, siguiendo la lista de chequeo que se
describe en la Tabla
4.1. El componente socioeconómico del estudio analiza los recursos que se
encuentran dentro de los sistemas de cultivo. Los recursos del predio se
mencionan en la Tabla
4.2. El dinero se obtiene de la venta de los cultivos, productos animales,
artesanía y de otras fuentes.
El análisis de costo y rentabilidad se
utiliza para medir los beneficios económicos de una nueva tecnología a nivel
del campo. Un análisis general del predio mide los beneficios económicos de las
técnicas agrícolas históricas y nuevas en el contexto de todas las actividades
económicas, incluyendo otras empresas agrícolas y domésticas y otras
operaciones fuera del predio. Los principales recursos de tierra, mano de obra
y capital son evaluados sin menoscabar su actual disponibilidad y a la demanda
que exista por ellos en un tiempo determinado. Las recomendaciones derivadas de
los datos de costo-beneficio deben ser compatibles con el deseo de los
agricultores por aumentar los ingresos y evitar riesgos, y con la falta de
capital para invertir (Perrin et al. 1979).
Esta metodología FSR experimentó una
evolución continua y la última versión desarrollada por los científicos del
CIMMYT y CIAT (Centro Internacional de Agricultura Tropical) (Tripp y Woolley
1989) comprende un proceso de planificación de seis pasos (Figura 4.2):
Paso 1: Elaboración de una lista de
problemas que limitan la productividad del sistema agrícola. Ellos pueden ser
factores limitantes biológicos o ineficiencias en el uso de los recursos.
Paso 2: Ordenar los problemas
identificados según su importancia, incluyendo la distribución del problema y
la pérdida en el rendimiento atribuible a dicho problema.
Paso 3: Analizar las causas de los
problemas para lo cual existen pruebas suficientes; éstas pueden ser
situaciones naturales o socioeconómicas o prácticas culturales.
Paso 4: Analizar las interrelaciones entre
los problemas y las causas.
Paso 5: Elaborar una lista para aquellos
problemas, en que los científicos tengan pruebas suficientes para entenderlos
suficientemente bien como para sugerir posibles soluciones.
Paso 6: Identificar los factores para la experimentación,
a fin de evaluar las soluciones propuestas.
Metodología D y D de ICRAF
(International Centre
for Research in Agroforestry)
La metodología de diagnóstico y diseño (D
y D) de ICRAF identifica las tecnologías agroforestales promisorias (Raintree y
Young 1983). Se pone un mayor énfasis en la unidad de manejo doméstico del
predio y la satisfacción de sus necesidades. Esta metodología, más que la
mayoría de las investigaciones de los sistemas agrícolas, se orienta hacia una
mayor gama de objetivos de producción y conservación, poniendo énfasis en la
productividad, sustentabilidad y adaptabilidad. Un equipo mínimo incluye uno o
más representantes de las ciencias agrícolas (ciencias agronómicas, hortícolas
y pecuarias en general) ciencias forestales (en el sentido más amplio),
ciencias sociales (sociología/antropología, geografía humana y economía) y
ciencias naturales relacionadas con las evaluaciones de los recursos de la
tierra (ecología, ciencias del suelo, climatología). La aplicación de los procedimientos
D_y_D por un equipo multidisciplinario, abarca generalmente cerca de dos
semanas para llevar a cabo el diagnóstico, analizar los resultados y
desarrollar conceptos de diseño apropiados para intervenciones agroforestales
que mejoren el sistema de uso de tierra existente. Existe un procedimiento de
cuatro etapas: prediagnóstico, diagnóstico, diseño y planificación
complementaria. Los procedimientos D y D son considerados parte de un proceso
continuo de aprendizaje y pueden ser repetidos.
El método agricultor
(Centro Internacional de la Papa)
La versión original de este sistema de
investigación fue realizada por un grupo de biólogos y antropólogos, que
reflexionaron sobre el almacenamiento de papas en Perú, tras 25 años de
fracasos en dicha actividad (Rhoades y Booth 1982). Los antropólogos se
familiarizaron con los objetivos de las familias campesinas, sus conocimientos
y problemas con el almacenamiento de papas, y actuaron como vínculo entre ellos
y los biólogos, lo que condujo a un contacto directo con los agricultores.
Hubo cuatro etapas: el
establecimiento de una definición común del problema; la investigación
interdisciplinaria de una solución; la prueba y adaptación en el terreno de la
técnica propuesta, con la contribución de ideas de los agricultores; y la
evaluación del agricultor. El resultado fue una técnica mejorada y adaptable,
capaz de satisfacer los objetivos de los agricultores, que utilizaba materiales
a los que ellos tenían acceso, se ajustaba a su diseño tradicional de casas y,
sobre todo, la adaptaban ellos mismos. Un elemento clave lo constituyen los
cambios de percepción y prioridad por parte de los científicos. Por ejemplo, lo
que los científicos consideraban pérdidas, no lo eran necesariamente para los
agricultores, quienes utilizaban las papas secas o descompuestas.
Investigación y evaluación de tecnologías
En la mayoría de las metodologías, la
interpretación de datos de la investigación permite a los científicos
planificar experimentos en los campos de los agricultores.
Se selecciona un grupo de agricultores
para ayudar a diseñar, probar y evaluar los experimentos. Se debe incluir una
amplia muestra de agricultores para evitar las inclinaciones hacia aquellos de
reconocida capacidad. Los experimentos se diseñan con el objeto de probar
determinadas tecnologías componentes (selección varietal, métodos de
establecimiento de cultivo y labranza, estrategias de manejo de plagas y
fertilización) frente a las prácticas actuales de los agricultores. Un
principio directriz es que la tecnología componente debe estar acorde con los
límites de recursos de la mayoría de los agricultores de la región, y por lo
tanto, debe ser ambientalmente apta, socialmente aceptable y económicamente
viable. Sin embargo, el agricultor debe ser capaz de decidir libremente las
innovaciones que deben llevarse a cabo en sus tierras. Una innovación en el
cultivo puede romper el equilibrio económico del agricultor y requiere, por lo
tanto, un período de ajuste (Zandstra et al. 1981).
La productividad del sistema no se debe
evaluar solamente sobre la base del rendimiento de cultivo por unidad de
tierra, sino que debe incorporar las perspectivas de productividad del
agricultor, haciendo hincapié en la rentabilidad máxima para los factores más
limitantes (mano de obra, dinero, insumos, etc.). Cuando se enfatiza el
rendimiento económico a corto plazo del patrón de cultivo, las tecnologías
recomendadas casi invariablemente fomentan el uso de técnicas mecanizadas y
químicas, características de la agricultura que requiere un uso intensivo de
capital (Perelman 1977).
Los ensayos en el campo generalmente
incluyen tratamientos que simulan y prueban el nivel de manejo de los
agricultores (los que pueden excluir insumos de materiales adquiridos
comercialmente), incorporan la tecnología que consideran óptima para el patrón
de cultivo y evalúan un tercer nivel de insumos que suponen producirán
rendimientos aún mayores (Zandstra et al. 1981). Los experimentos se deben
repetir durante dos a cinco años para comprobar la adaptación de las nuevas
técnicas a las condiciones locales.
Esta metodología (Figura 4.3) podría
funcionar de la siguiente manera (Hart 1978): suponiendo que se cultive en
forma conjunta, comúnmente maíz y yuca de manera intercalada en un ambiente
tropical húmedo, en parcelas de cinco hectáreas o menos, con ingresos anuales
brutos entre U$S 500 y U$S 1000, un equipo de investigación analizaría el
agroecosistema en el cual el sistema de cultivo de maíz y yuca constituyen un
subsistema, y el sistema agrícola en el que se lleva a cabo el plan de manejo
del agroecosistema que usa el agricultor. Luego, el equipo recomendaría
modificaciones a las prácticas del agricultor para mejorar el ingreso anual
mediante el incremento del rendimiento del cultivo. Por ejemplo, el equipo
podría recomendar una variedad distinta de maíz, un cambio en la distancia de
siembra entre el maíz y la yuca, más fertilizante o abono, o las tres
modificaciones. Esta metodología enfatiza fuertemente la participación de los
agricultores, ya que al trabajar con éstos a través de todo el proceso de
investigación y la modificación de experimentos, según observaciones, asegura
una adopción y aceptación más fácil de las tecnologías. Los agricultores,
siempre están experimentando y sus innovaciones proveen una base útil para
futuras experimentaciones científicas. Una interacción constante con los
agricultores pone en alerta a los científicos ante los múltiples problemas que
los agricultores enfrentan.
Evaluación Rural Rápida (RRA) y Análisis del Agroecosistema
(AEA)
Debido a la necesidad de un diagnóstico
multidisciplinario, Conway y Barbier (1990) desarrollaron dos nuevos métodos:
el Método de Evaluación Rural Rápida (RRA) y el Análisis del Agroecosistema
(AEA). Aunque similar a los métodos FSR descritos anteriormente, el AEA difiere
en varios aspectos:
1. Enfasis en el uso de talleres
multidisciplinarios y técnicas de evaluación rápida
2. Fundamento en conceptos tanto
ecológicos como socioeconómicos;
3. Reconocimiento de la importancia de
intercambios en el desarrollo agrícola entre productividad, estabilidad,
sustentabilidad y equidad
4. Aplicabilidad no sólo en cuanto a los
sistemas agrícolas, sino también respecto al análisis y desarrollo de sistemas
mayores a nivel de localidad, cuenca, región, e incluso a nivel nacional.
Extrayendo ideas relevantes de la
antropología y otras disciplinas incluyendo la agroecología, RRA ha
desarrollado un exclusivo paquete de técnicas como también una clara filosofía
que se caracteriza por:
1. Iterativa: metas y procesos modificados
por el aprender y el hacer
2. Innovativa: técnicas que se adaptan a
cada nuevo problema, en vez de su aplicación de acuerdo a un procedimiento
rígido
3. Interactiva: interdisciplinaria
4. Informal: evitar el uso de
cuestionarios predeterminados
5. En la comunidad: el aprendizaje se
lleva a cabo a través del intercambio de ideas con campesinos en el terreno
El objetivo del equipo
multidisciplinario es lograr un grado suficiente de conocimiento acerca de los
procesos y propiedades de los agroecosistemas principales, concentrándose sólo
en los aspectos y detalles relevantes. El AEA utiliza una diversidad de
análisis provenientes de varias fuentes y medios informativos tales como datos
secundarios, observaciones empíricas, entrevistas semiestructuradas y la
preparación de diagramas. Los habitantes locales son consultados constantemente
y participan activamente en la elaboración de diagramas, juegos analíticos,
diálogos y talleres.
Dependiendo del objetivo y de los tipos de
información requerida, existen diferentes clases de RRA:
RRA Exploratoria. Usada para obtener información sobre un
nuevo tópico o agroecosistema. El producto es generalmente un conjunto de
interrogantes fundamentales e hipótesis.
RRA Temática. Usada
para investigar un tema específico, a menudo en la forma de una interrogante o
hipótesis clave generada por la
RRA exploratoria. Por lo general, el producto es una
hipótesis detallada y extensa que se puede utilizar como fundamento para la
investigación o el desarrollo.
RRA Participativa. Usada para comprometer a los
agricultores y autoridades locales en las decisiones sobre las acciones
subsiguientes basadas en las hipótesis producidas por las RRA exploratoria y
temática. El producto es un conjunto de pruebas realizadas por los agricultores
o el desarrollo de una actividad que compromete estrechamente a la comunidad.
RRA Exploratoria. Usada
para vigilar el progreso de las pruebas, experimentos y puesta en marcha de la
actividad de desarrollo. El producto es generalmente una hipótesis ya estudiada
conjuntamente con cambios consecuentes efectuados en las pruebas, o el
desarrollo de una charla, todo lo cual supuestamente, arrojará beneficios.
La emergencia de la RRA ha enriquecido
considerablemente la disponibilidad de métodos de análisis para el desarrollo
rural. Las técnicas se pueden elegir de acuerdo con la naturaleza del problema,
la situación local y los recursos disponibles. En particular, se pueden
combinar diferentes técnicas, tanto formales como informales, para producir un
proyecto ciclado de acuerdo con las líneas de la Figura 4.4, aplicables a
una amplia gama de proyectos grandes y pequeños. En dicho esquema, el papel
principal de la RRA
es definir y perfeccionar hipótesis que luego son probadas formal o informalmente,
como parte del ciclo del proyecto, suponiendo que el ciclo es repetitivo,
flexible y abierto. Los defensores de la
RRA consideran que debería ser posible combinar velocidad con
rigor y sensibilidad, lo que se traduciría en un desarrollo productivo, durable
y equitativo en sus beneficios.
Pasos en la RRA
Selección del terreno. Los terrenos para el análisis RRA se
eligen mediante las recomendaciones de la comunidad o de acuerdo con el consejo
de autoridades de extensión o gubernamentales. Las ubicaciones tienden a ser
lugares donde ha habido prolongadas dificultades ecológicas o problemas en la
productividad.
Visitas preliminares. Un equipo generalmente consiste en
cuatro o seis especialistas en agua, suelo, silvicultura, ganadería, desarrollo
de comunidades y otras áreas relacionadas con el manejo de los recursos
naturales, que se reúne con los líderes de la localidad antes de comenzar una
RRA para clarificarles aquello que se hará y aquello que no se hará.
Recopilación de datos. Existen cuatro grupos básicos de datos que
se busca reunir:
1. Datos espaciales. Incluyen
un mapa de bosquejos de la localidad, recopilados con la cooperación de los
líderes de la comunidad, para identificar los detalles físicos y económicos y
establecer la infraestructura de la comunidad.
Un transecto de la localidad,
con la cooperación de residentes, para identificar tipos de uso de la tierra,
problemas y oportunidades de solución. El transecto también ayuda al equipo a
determinar la existencia de subzonas dentro de la comunidad que requieran
consideración especial (Figura 4.5).
Bosquejos del predio representativos de las familias de la
comunidad. Es posible identificar de seis a ocho predios, poniendo especial
atención en incluir ejemplos de las distintas variaciones étnicas, ecológicas,
de ingresos y uso de la tierra, presentes en la comunidad.
2. Datos relacionados con el
tiempo. El equipo se reúne con residentes (que incluye hombres,
mujeres, jóvenes y viejos) para discutir los hechos que consideran más
importantes en el pasado de la comunidad y preparar una línea de tiempo.
Las líneas de tendencia se
desarrollan, sobre la base de las perspectivas de la localidad a partir de un
patrón de cambios de treinta o cuarenta años en cuestiones de recursos tales
como las precipitaciones, la producción de cultivos, la pérdida del suelo, la
deforestación, la salud, la población y otros temas que conciernen a la
comunidad.
El equipo organiza un calendario
de temporadas, con datos sobre temas como el uso de la tierra, el hambre,
la enfermedad, superávit de alimentos y disponibilidad de dinero, y los
ingresos a una escala de tiempo de 12
a 18 meses.
3. Datos institucionales.
El equipo RRA reúne también datos acerca de las instituciones comunales. A
grupos de residentes se les pide que clasifiquen las instituciones de la
comunidad en orden de importancia y que construyan diagramas que indiquen las
relaciones entre éstas y la cantidad de viviendas de la localidad.
4. Datos técnicos. Además
de los datos sociales, espaciales y temporales, el equipo reúne información
sobre la viabilidad técnica y económica, por ejemplo: agua o suelos que se
necesitan para ayudar a la comunidad a clasificar la actividad de los
proyectos.
Análisis y síntesis de datos. El equipo, en ocasiones junto a uno o dos
líderes comunales, organiza los datos recolectados y recopila una lista de
problemas y oportunidades para una posible clasificación, que incluyen varias
actividades.
Clasificación de problemas. La comunidad se reúne a clasificar los problemas puestos en la lista. En algunos casos, los
miembros del equipo dirigen la discusión.
El resultado es un conjunto de
problemas clasificados de mayor a menor gravedad, en concordancia con los
grupos de la localidad.
Clasificación de oportunidades.
Los grupos de la comunidad clasifican luego las oportunidades y las soluciones
correspondientes a los problemas de mayor prioridad.
Es posible lograr que las distintas
estrategias tengan la posibilidad de lograr consenso acerca de las
oportunidades más factibles. Los criterios de clasificación incluyen:
estabilidad, equidad, productividad, sustentabilidad y factibilidad. Los
técnicos juegan un importante papel en esta discusión, de manera tal que las
soluciones sean posibles en términos técnicos, económicos, ecológicos y
sociales.
La adopción de un Plan de
Manejo de Recursos de la
Comunidad (VRMP). Las soluciones más prioritarias se
organizan en un VRMP que toma la forma de un contrato entre los grupos de la
comunidad, los técnicos, las ONGs (si alguna ha participado) y los grupos
externos (como una agencia donante o internacional).
Implementación. Una vez que se ha completado el VRMP, es
el momento de efectuar el trabajo. Los mejores resultados en el seguimiento de
dicha etapa se han logrado cuando un líder comunal ha tomado la dirección y
cuando el verdadero trabajo ha sido realizado principalmente por los grupos de
ayuda de la misma comunidad.
Quizás el aspecto más importante de la RRA es el de facilitar un
enfoque de desarrollo de tecnología realmente participativo (PTD). La
viabilidad del PTD requiere la formación de un conjunto de relaciones entre los
que desarrollan el trabajo y la gente del lugar. Los seis tipos básicos de
actividades en el proceso PTD y los ejemplos de métodos relacionados con ellos
están delineados en la Tabla
4.3.
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