sábado, 17 de septiembre de 2011

IV. AGROECOLOGÍA. BASES CIENTÍFICAS PARA UNA GARICULTURA SUSTENTABLE. CAPITULO IV. MIGUEL ALTIERI


Segunda parte
El diseño de sistemas y tecnologías alternativas
Capítulo 4
Generación de tecnologías sustentables apropiadas para la agricultura alternativa
Durante el siglo pasado, en los países industrializados, el crecimiento agrícola se abasteció de energía barata, innovación tecnológica, de abundantes recursos y, además, de factores culturales. La mayoría de los proyectos de desarrollo agrícola han tenido como objetivo aumentar la producción de productos agrícolas y sus nexos con el mercado (Perelman 1977, Conway 1985). Este énfasis en el incremento de la producción agrícola fue transferido a los países en desarrollo sin considerar condiciones ecológicas y socio-económicas, y se justificó al considerar a los problemas de hambre y pobreza rural como problemas mayoritariamente de producción. En consecuencia, las técnicas de desarrollo agrícola no se adecuaron a las necesidades y al potencial de los campesinos locales.
 Consecuencias de una tecnología inapropiada
Ejemplos de las consecuencias ambientales por los profundos cambios tecnológicos abundan en los países menos desarrollados. Un ejemplo es la sustitución de la fuerza del búfalo por el tractor en Sri Lanka (Senanayake 1984). A primera vista, esta sustitución, en las comunidades de este país, pareció significar, por una parte, un intercambio entre una siembra más oportuna y un ahorro de mano de obra y, por otra parte, la provisión de leche y abono. Sin embargo, los búfalos crean bañaderos y esto, a su vez, proporciona un número sorprendente de beneficios. En la temporada seca, los bañaderos se convierten en refugios para peces los que vuelven a los arrozales en la temporada lluviosa. Los agricultores y los que carecen de tierras atrapan estos peces y se los comen aportando un gran valor proteico; otros peces se comen las larvas de los mosquitos que provocan la malaria. Los matorrales que rodean los bañaderos, albergan serpientes que se comen a las ratas que atacan el arroz y lagartos que predan los cangrejos que a su vez se alimentan de los brotes del arroz. Los agricultores también usan los bañaderos para preparar frondas de cocoteros para hacer techos de paja. Si los bañaderos desaparecen, también desaparecen los beneficios que traen. Las consecuencias adversas pueden no parar aquí. Si se usan plaguicidas para matar las ratas, los cangrejos o las larvas de los mosquitos, la resistencia a los plaguicidas o la contaminación pueden convertirse en un problema. Algo similar ocurre si los techos de paja se sustituyen por tejas: se puede acelerar la destrucción forestal dado que se requiere leña para cocer las tejas (Conway 1986).
Otro ejemplo claro que muestra el uso inadecuado de la tecnología, es la Revolución
Verde que intentó solucionar los problemas de producción de cultivos en el tercer mundo a través del desarrollo de variedades de cereales de alto rendimiento que requerían de grandes insumos de plaguicidas, fertilizantes, riego y maquinaria (Perelman 1977). Contrariamente a lo que se esperaba, ninguna serie tecnológica significativamente capaz de aumentar el rendimiento, se pudo ofrecer a la mayoría de los campesinos (de Janvry 1981). La nueva serie fracasó, pues no tomó en cuenta las propiedades de la subsistencia agrícola, habilidad para sustentar los riesgos, restricciones de mano de obra, las combinaciones simbióticas de cultivos, requerimientos nutritivos, factores que determinan los niveles y criterios de manejo de recursos usados por los agricultores locales. En la mayoría de los casos, las nuevas variedades no pudieron superar a las locales al ser manejadas con las prácticas tradicionales (Perelman 1977). Las enfermedades epidémicas invadieron las áreas donde se aceptaron vastamente los nuevos «cereales milagrosos». Los genetistas pronto aprendieron, que al sembrar toda una región con variedades genéticamente similares, podía causar ataques desastrosos, desencadenados por enfermedades o plagas de insectos (Adams et al. 1971). Rápidamente los campesinos dejaron las nuevas variedades debido a su alto costo de producción (de Janvry 1981). Por ejemplo, la mayoría de los pequeños agricultores no pudieron adquirir un pozo tubular, componente esencial en la nueva tecnología de regadío (Perelman 1977). Por lo visto, parece que sólo una pequeña parte de los agricultores sacó provecho de la Revolución Verde.
 Investigación de sistemas agrícolas
Uno de los factores claves en el desarrollo agrícola moderno es la disponibilidad de una organizada infraestructura educacional, de investigación y extensión. Aunque en la mayoría de los países, con muy pocas excepciones, existe tal cadena, ésta no se encuentra específicamente dirigida a los problemas y necesidades de pequeños agricultores.
Mas bien, gran parte de la investigación agrícola ha beneficiado a aquellos individuos que tienen fácil acceso al capital: grandes agricultores y comerciantes agrícolas (Busch y Lacy 1983). Por ejemplo, en el control de plagas, alrededor de un 92% de esfuerzo de investigación se centró en el uso de herbicidas, un 55% y un 89% de la investigación se basó, respectivamente en el uso de técnicas de aplicación de plaguicidas para el control de plagas y enfermedades (Pimentel 1973). En efecto, casi ninguno de los investigadores, examinan métodos alternativos de producción agrícola y, por eso, la riqueza de la información que pudiere hacerse extensiva a los pequeños agricultores, incluso si existe una cadena, se ve limitada.
Es claro que la generación de tecnologías, adecuada a las necesidades de otros agricultores, debe nacer de estudios integrados de las circunstancias naturales y socioeconómicas que influyen en sus sistemas agrícolas y dominan sus respuestas frente a tecnologías alternativas. Muchas situaciones pueden influir en la decisión del agricultor para elegir el tipo de sistema agrícola o de práctica de manejo. Las condiciones naturales (clima, suelo, plagas, enfermedades) imponen restricciones biológicas al sistema de cultivos. Por otra parte, muchas circunstancias socioeconómicas (transporte, capital, mercado, mano de obra, insumos agrícolas, crédito, asistencia técnica) afectan el ambiente externo que condiciona las tomas de decisiones del agricultor. Al llevar a cabo una investigación multidisciplinaria, en predios seleccionados de agricultores, y al analizar las restricciones sociales, económicas, técnicas y ecológicas que enfrentan estos agricultores en la producción de cultivos, se puede obtener una importante retroalimentación acerca de las prácticas de manejo, condiciones y necesidades agrícolas. Por lo tanto, esta información se puede tomar en cuenta para incorporarla a la investigación de cultivos que se realiza para el desarrollo de una tecnología que se adapte a las necesidades y recursos de los agricultores.
Sólo recién se puede disponer de las descripciones detalladas de las metodologías de investigación que se adecuan a las condiciones reales de los agricultores tradicionales del mundo en desarrollo (Harwood 1979, Hildebrand 1979, Byerlee et al. 1980, Zandotra et al. 1981, y Shaner et al. 1982). Estas metodologías surgieron como respuesta a las críticas del desarrollo rural internacionalmente fundado; éstas acusan que, en los programas pasados, no existía un entendimiento acerca del ambiente socioeconómico y ecológico donde trabajaban, no considerando a los pequeños agricultores como colaboradores beneficiarios y, además, fomentaban de manera inepta una tecnología inapropiada.
La metodología más común, denominada investigación de sistemas agrícolas (FSR), tiene diversas variantes, sin embargo, en general, comprende un entendimiento sobre los sistemas agrícolas pertinentes. Un equipo multidisciplinario reúne información relevante en la zona seleccionada mediante un análisis de los datos básicos, provenientes de materiales publicados o no publicados, una realización de estudios del campo que incluye entrevistas con agricultores, y otros expertos, acerca de las circunstancias agrícolas y observaciones en terreno. A partir del estudio, los investigadores pueden formular hipótesis del porqué los agricultores hacen uso de estas particulares prácticas (Figura 4.1).
 El FSR sería considerado un método para la investigación agrícola, orientado a los problemas que comienzan al diagnosticar las condiciones, prácticas y problemas de determinados grupos de agricultores. Una vez que se identifican los problemas, se diseña un programa de investigación que se adecue a ellos. Una parte fundamental de cualquier programa como éste, realiza experimentos en los campos de los agricultores bajo sus condiciones y manejo. Luego, se evalúan dichos experimentos usando criterios que son importantes para el agricultor y los resultados obtenidos se usan para hacer recomendaciones.
 Prototipos y variantes del FSR
 Método de Sondeo. A comienzo de los años 70, en Guatemala, Hildebrand (1981) desarrolló el método de Sondeo que comprendía una combinación productiva de disciplinas (agronomía, ciencia veterinaria y socioeconomía) para llevar a cabo evaluaciones rápidas con el fin de generar una tecnología nueva. Un equipo visita un predio con prácticas y sistemas agrícolas homogéneas tratando de entender los agroecosistemas e identificar los avances tecnológicos apropiados. Las ideas acerca de mejores prácticas agrícolas surgen de las discusiones entre los científicos y los agricultores, quienes son sometidos a prueba por un equipo tecnológico examinador en el mismo predio.
Método IRRI y CIMMYT. A fines de los años 70 y a comienzos de los 80, los científicos del CGIAR (Consultative Group on International Agricultural Research), principalmente del CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) y del IRRI (International Rice Research Institute), desarrollaron la investigación de sistemas agrícolas para aplicarlos en América Latina y en el Sudeste Asiático, siguiendo la siguiente secuencia lógica de pasos (Harwood 1979; Byerlee et al. 1980):
1. Selección de la zona objetivo. Dentro de las regiones varían considerablemente los sistemas de cultivos y las prácticas de los agricultores. Los sitios que poseen patrones de cultivo, características agroclimáticas y situaciones económicas relativamente similares son seleccionados por equipos multidisciplinarios, compuestos generalmente por un grupo de economistas, sociólogos, agrónomos y proteccionistas de plantas. 

2. Descripción del medioambiente. Se recopilan datos sobre el clima, suelo, topografía, precipitaciones, sequía, hidrología, temperaturas, duración del día, fertilidad del suelo, laderas, plagas de insectos, enfermedades y malezas.
3. Estudios del predio. El estudio del predio incluye una evaluación fisica y una socioeconómica. El componente biofísico comprende: (a) la identificación de los tipos de suelo en el terreno, (b) la identificación de los cultivos existentes, patrones y sistemas (como rotaciones y policultivos), (c) la descripción de los sistemas de cultivo determinantes, (d) la descripción de los tipos de predios y la base de recursos en el terreno y (e) la identificación de las interacciones del sistema agrícola, incluyendo aquellas entre el cultivo y el ganado, y los complementos, como por ejemplo los residuos del cultivo que se usan para alimentar el ganado y el estiércol que se usa como fertilizante. Los especialistas también describen las prácticas de manejo, siguiendo la lista de chequeo que se describe en la Tabla 4.1. El componente socioeconómico del estudio analiza los recursos que se encuentran dentro de los sistemas de cultivo. Los recursos del predio se mencionan en la Tabla 4.2. El dinero se obtiene de la venta de los cultivos, productos animales, artesanía y de otras fuentes.
El análisis de costo y rentabilidad se utiliza para medir los beneficios económicos de una nueva tecnología a nivel del campo. Un análisis general del predio mide los beneficios económicos de las técnicas agrícolas históricas y nuevas en el contexto de todas las actividades económicas, incluyendo otras empresas agrícolas y domésticas y otras operaciones fuera del predio. Los principales recursos de tierra, mano de obra y capital son evaluados sin menoscabar su actual disponibilidad y a la demanda que exista por ellos en un tiempo determinado. Las recomendaciones derivadas de los datos de costo-beneficio deben ser compatibles con el deseo de los agricultores por aumentar los ingresos y evitar riesgos, y con la falta de capital para invertir (Perrin et al. 1979).

 
 

Esta metodología FSR experimentó una evolución continua y la última versión desarrollada por los científicos del CIMMYT y CIAT (Centro Internacional de Agricultura Tropical) (Tripp y Woolley 1989) comprende un proceso de planificación de seis pasos (Figura 4.2):
Paso 1: Elaboración de una lista de problemas que limitan la productividad del sistema agrícola. Ellos pueden ser factores limitantes biológicos o ineficiencias en el uso de los recursos.
Paso 2: Ordenar los problemas identificados según su importancia, incluyendo la distribución del problema y la pérdida en el rendimiento atribuible a dicho problema.
Paso 3: Analizar las causas de los problemas para lo cual existen pruebas suficientes; éstas pueden ser situaciones naturales o socioeconómicas o prácticas culturales.
Paso 4: Analizar las interrelaciones entre los problemas y las causas.
Paso 5: Elaborar una lista para aquellos problemas, en que los científicos tengan pruebas suficientes para entenderlos suficientemente bien como para sugerir posibles soluciones.
Paso 6: Identificar los factores para la experimentación, a fin de evaluar las soluciones propuestas.

 
Metodología D y D de ICRAF
(International Centre for Research in Agroforestry)
La metodología de diagnóstico y diseño (D y D) de ICRAF identifica las tecnologías agroforestales promisorias (Raintree y Young 1983). Se pone un mayor énfasis en la unidad de manejo doméstico del predio y la satisfacción de sus necesidades. Esta metodología, más que la mayoría de las investigaciones de los sistemas agrícolas, se orienta hacia una mayor gama de objetivos de producción y conservación, poniendo énfasis en la productividad, sustentabilidad y adaptabilidad. Un equipo mínimo incluye uno o más representantes de las ciencias agrícolas (ciencias agronómicas, hortícolas y pecuarias en general) ciencias forestales (en el sentido más amplio), ciencias sociales (sociología/antropología, geografía humana y economía) y ciencias naturales relacionadas con las evaluaciones de los recursos de la tierra (ecología, ciencias del suelo, climatología). La aplicación de los procedimientos D_y_D por un equipo multidisciplinario, abarca generalmente cerca de dos semanas para llevar a cabo el diagnóstico, analizar los resultados y desarrollar conceptos de diseño apropiados para intervenciones agroforestales que mejoren el sistema de uso de tierra existente. Existe un procedimiento de cuatro etapas: prediagnóstico, diagnóstico, diseño y planificación complementaria. Los procedimientos D y D son considerados parte de un proceso continuo de aprendizaje y pueden ser repetidos.
 El método agricultor
(Centro Internacional de la Papa)
La versión original de este sistema de investigación fue realizada por un grupo de biólogos y antropólogos, que reflexionaron sobre el almacenamiento de papas en Perú, tras 25 años de fracasos en dicha actividad (Rhoades y Booth 1982). Los antropólogos se familiarizaron con los objetivos de las familias campesinas, sus conocimientos y problemas con el almacenamiento de papas, y actuaron como vínculo entre ellos y los biólogos, lo que condujo a un contacto directo con los agricultores.
 Hubo cuatro etapas: el establecimiento de una definición común del problema; la investigación interdisciplinaria de una solución; la prueba y adaptación en el terreno de la técnica propuesta, con la contribución de ideas de los agricultores; y la evaluación del agricultor. El resultado fue una técnica mejorada y adaptable, capaz de satisfacer los objetivos de los agricultores, que utilizaba materiales a los que ellos tenían acceso, se ajustaba a su diseño tradicional de casas y, sobre todo, la adaptaban ellos mismos. Un elemento clave lo constituyen los cambios de percepción y prioridad por parte de los científicos. Por ejemplo, lo que los científicos consideraban pérdidas, no lo eran necesariamente para los agricultores, quienes utilizaban las papas secas o descompuestas.
Investigación y evaluación de tecnologías
En la mayoría de las metodologías, la interpretación de datos de la investigación permite a los científicos planificar experimentos en los campos de los agricultores.
Se selecciona un grupo de agricultores para ayudar a diseñar, probar y evaluar los experimentos. Se debe incluir una amplia muestra de agricultores para evitar las inclinaciones hacia aquellos de reconocida capacidad. Los experimentos se diseñan con el objeto de probar determinadas tecnologías componentes (selección varietal, métodos de establecimiento de cultivo y labranza, estrategias de manejo de plagas y fertilización) frente a las prácticas actuales de los agricultores. Un principio directriz es que la tecnología componente debe estar acorde con los límites de recursos de la mayoría de los agricultores de la región, y por lo tanto, debe ser ambientalmente apta, socialmente aceptable y económicamente viable. Sin embargo, el agricultor debe ser capaz de decidir libremente las innovaciones que deben llevarse a cabo en sus tierras. Una innovación en el cultivo puede romper el equilibrio económico del agricultor y requiere, por lo tanto, un período de ajuste (Zandstra et al. 1981).
La productividad del sistema no se debe evaluar solamente sobre la base del rendimiento de cultivo por unidad de tierra, sino que debe incorporar las perspectivas de productividad del agricultor, haciendo hincapié en la rentabilidad máxima para los factores más limitantes (mano de obra, dinero, insumos, etc.). Cuando se enfatiza el rendimiento económico a corto plazo del patrón de cultivo, las tecnologías recomendadas casi invariablemente fomentan el uso de técnicas mecanizadas y químicas, características de la agricultura que requiere un uso intensivo de capital (Perelman 1977).
Los ensayos en el campo generalmente incluyen tratamientos que simulan y prueban el nivel de manejo de los agricultores (los que pueden excluir insumos de materiales adquiridos comercialmente), incorporan la tecnología que consideran óptima para el patrón de cultivo y evalúan un tercer nivel de insumos que suponen producirán rendimientos aún mayores (Zandstra et al. 1981). Los experimentos se deben repetir durante dos a cinco años para comprobar la adaptación de las nuevas técnicas a las condiciones locales.
Esta metodología (Figura 4.3) podría funcionar de la siguiente manera (Hart 1978): suponiendo que se cultive en forma conjunta, comúnmente maíz y yuca de manera intercalada en un ambiente tropical húmedo, en parcelas de cinco hectáreas o menos, con ingresos anuales brutos entre U$S 500 y U$S 1000, un equipo de investigación analizaría el agroecosistema en el cual el sistema de cultivo de maíz y yuca constituyen un subsistema, y el sistema agrícola en el que se lleva a cabo el plan de manejo del agroecosistema que usa el agricultor. Luego, el equipo recomendaría modificaciones a las prácticas del agricultor para mejorar el ingreso anual mediante el incremento del rendimiento del cultivo. Por ejemplo, el equipo podría recomendar una variedad distinta de maíz, un cambio en la distancia de siembra entre el maíz y la yuca, más fertilizante o abono, o las tres modificaciones. Esta metodología enfatiza fuertemente la participación de los agricultores, ya que al trabajar con éstos a través de todo el proceso de investigación y la modificación de experimentos, según observaciones, asegura una adopción y aceptación más fácil de las tecnologías. Los agricultores, siempre están experimentando y sus innovaciones proveen una base útil para futuras experimentaciones científicas. Una interacción constante con los agricultores pone en alerta a los científicos ante los múltiples problemas que los agricultores enfrentan.
 
Evaluación Rural Rápida (RRA) y Análisis del Agroecosistema (AEA)
Debido a la necesidad de un diagnóstico multidisciplinario, Conway y Barbier (1990) desarrollaron dos nuevos métodos: el Método de Evaluación Rural Rápida (RRA) y el Análisis del Agroecosistema (AEA). Aunque similar a los métodos FSR descritos anteriormente, el AEA difiere en varios aspectos:
1. Enfasis en el uso de talleres multidisciplinarios y técnicas de evaluación rápida
2. Fundamento en conceptos tanto ecológicos como socioeconómicos;
3. Reconocimiento de la importancia de intercambios en el desarrollo agrícola entre productividad, estabilidad, sustentabilidad y equidad
4. Aplicabilidad no sólo en cuanto a los sistemas agrícolas, sino también respecto al análisis y desarrollo de sistemas mayores a nivel de localidad, cuenca, región, e incluso a nivel nacional.
Extrayendo ideas relevantes de la antropología y otras disciplinas incluyendo la agroecología, RRA ha desarrollado un exclusivo paquete de técnicas como también una clara filosofía que se caracteriza por:
1. Iterativa: metas y procesos modificados por el aprender y el hacer
2. Innovativa: técnicas que se adaptan a cada nuevo problema, en vez de su aplicación de acuerdo a un procedimiento rígido
3. Interactiva: interdisciplinaria
4. Informal: evitar el uso de cuestionarios predeterminados
5. En la comunidad: el aprendizaje se lleva a cabo a través del intercambio de ideas con campesinos en el terreno
 El objetivo del equipo multidisciplinario es lograr un grado suficiente de conocimiento acerca de los procesos y propiedades de los agroecosistemas principales, concentrándose sólo en los aspectos y detalles relevantes. El AEA utiliza una diversidad de análisis provenientes de varias fuentes y medios informativos tales como datos secundarios, observaciones empíricas, entrevistas semiestructuradas y la preparación de diagramas. Los habitantes locales son consultados constantemente y participan activamente en la elaboración de diagramas, juegos analíticos, diálogos y talleres.
Dependiendo del objetivo y de los tipos de información requerida, existen diferentes clases de RRA:
RRA Exploratoria. Usada para obtener información sobre un nuevo tópico o agroecosistema. El producto es generalmente un conjunto de interrogantes fundamentales e hipótesis.
 RRA Temática. Usada para investigar un tema específico, a menudo en la forma de una interrogante o hipótesis clave generada por la RRA exploratoria. Por lo general, el producto es una hipótesis detallada y extensa que se puede utilizar como fundamento para la investigación o el desarrollo.
RRA Participativa. Usada para comprometer a los agricultores y autoridades locales en las decisiones sobre las acciones subsiguientes basadas en las hipótesis producidas por las RRA exploratoria y temática. El producto es un conjunto de pruebas realizadas por los agricultores o el desarrollo de una actividad que compromete estrechamente a la comunidad.
 RRA Exploratoria. Usada para vigilar el progreso de las pruebas, experimentos y puesta en marcha de la actividad de desarrollo. El producto es generalmente una hipótesis ya estudiada conjuntamente con cambios consecuentes efectuados en las pruebas, o el desarrollo de una charla, todo lo cual supuestamente, arrojará beneficios.
La emergencia de la RRA ha enriquecido considerablemente la disponibilidad de métodos de análisis para el desarrollo rural. Las técnicas se pueden elegir de acuerdo con la naturaleza del problema, la situación local y los recursos disponibles. En particular, se pueden combinar diferentes técnicas, tanto formales como informales, para producir un proyecto ciclado de acuerdo con las líneas de la Figura 4.4, aplicables a una amplia gama de proyectos grandes y pequeños. En dicho esquema, el papel principal de la RRA es definir y perfeccionar hipótesis que luego son probadas formal o informalmente, como parte del ciclo del proyecto, suponiendo que el ciclo es repetitivo, flexible y abierto. Los defensores de la RRA consideran que debería ser posible combinar velocidad con rigor y sensibilidad, lo que se traduciría en un desarrollo productivo, durable y equitativo en sus beneficios.
 Pasos en la RRA
Selección del terreno. Los terrenos para el análisis RRA se eligen mediante las recomendaciones de la comunidad o de acuerdo con el consejo de autoridades de extensión o gubernamentales. Las ubicaciones tienden a ser lugares donde ha habido prolongadas dificultades ecológicas o problemas en la productividad.

 
Visitas preliminares. Un equipo generalmente consiste en cuatro o seis especialistas en agua, suelo, silvicultura, ganadería, desarrollo de comunidades y otras áreas relacionadas con el manejo de los recursos naturales, que se reúne con los líderes de la localidad antes de comenzar una RRA para clarificarles aquello que se hará y aquello que no se hará.
 Recopilación de datos. Existen cuatro grupos básicos de datos que se busca reunir:
1. Datos espaciales. Incluyen un mapa de bosquejos de la localidad, recopilados con la cooperación de los líderes de la comunidad, para identificar los detalles físicos y económicos y establecer la infraestructura de la comunidad.
 Un transecto de la localidad, con la cooperación de residentes, para identificar tipos de uso de la tierra, problemas y oportunidades de solución. El transecto también ayuda al equipo a determinar la existencia de subzonas dentro de la comunidad que requieran consideración especial (Figura 4.5).
 
Bosquejos del predio representativos de las familias de la comunidad. Es posible identificar de seis a ocho predios, poniendo especial atención en incluir ejemplos de las distintas variaciones étnicas, ecológicas, de ingresos y uso de la tierra, presentes en la comunidad.
 2. Datos relacionados con el tiempo. El equipo se reúne con residentes (que incluye hombres, mujeres, jóvenes y viejos) para discutir los hechos que consideran más importantes en el pasado de la comunidad y preparar una línea de tiempo.
 Las líneas de tendencia se desarrollan, sobre la base de las perspectivas de la localidad a partir de un patrón de cambios de treinta o cuarenta años en cuestiones de recursos tales como las precipitaciones, la producción de cultivos, la pérdida del suelo, la deforestación, la salud, la población y otros temas que conciernen a la comunidad.
 El equipo organiza un calendario de temporadas, con datos sobre temas como el uso de la tierra, el hambre, la enfermedad, superávit de alimentos y disponibilidad de dinero, y los ingresos a una escala de tiempo de 12 a 18 meses.
 3. Datos institucionales. El equipo RRA reúne también datos acerca de las instituciones comunales. A grupos de residentes se les pide que clasifiquen las instituciones de la comunidad en orden de importancia y que construyan diagramas que indiquen las relaciones entre éstas y la cantidad de viviendas de la localidad.
 4. Datos técnicos. Además de los datos sociales, espaciales y temporales, el equipo reúne información sobre la viabilidad técnica y económica, por ejemplo: agua o suelos que se necesitan para ayudar a la comunidad a clasificar la actividad de los proyectos.
Análisis y síntesis de datos. El equipo, en ocasiones junto a uno o dos líderes comunales, organiza los datos recolectados y recopila una lista de problemas y oportunidades para una posible clasificación, que incluyen varias actividades.
Clasificación de problemas. La comunidad se reúne a clasificar los problemas  puestos en la lista. En algunos casos, los miembros del equipo dirigen la discusión.
 El resultado es un conjunto de problemas clasificados de mayor a menor gravedad, en concordancia con los grupos de la localidad.
 Clasificación de oportunidades. Los grupos de la comunidad clasifican luego las oportunidades y las soluciones correspondientes a los problemas de mayor prioridad.
 Es posible lograr que las distintas estrategias tengan la posibilidad de lograr consenso acerca de las oportunidades más factibles. Los criterios de clasificación incluyen: estabilidad, equidad, productividad, sustentabilidad y factibilidad. Los técnicos juegan un importante papel en esta discusión, de manera tal que las soluciones sean posibles en términos técnicos, económicos, ecológicos y sociales.
 La adopción de un Plan de Manejo de Recursos de la Comunidad (VRMP). Las soluciones más prioritarias se organizan en un VRMP que toma la forma de un contrato entre los grupos de la comunidad, los técnicos, las ONGs (si alguna ha participado) y los grupos externos (como una agencia donante o internacional).
Implementación. Una vez que se ha completado el VRMP, es el momento de efectuar el trabajo. Los mejores resultados en el seguimiento de dicha etapa se han logrado cuando un líder comunal ha tomado la dirección y cuando el verdadero trabajo ha sido realizado principalmente por los grupos de ayuda de la misma comunidad.
Quizás el aspecto más importante de la RRA es el de facilitar un enfoque de desarrollo de tecnología realmente participativo (PTD). La viabilidad del PTD requiere la formación de un conjunto de relaciones entre los que desarrollan el trabajo y la gente del lugar. Los seis tipos básicos de actividades en el proceso PTD y los ejemplos de métodos relacionados con ellos están delineados en la Tabla 4.3.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PUEDES DEJAR AQUÍ TU COMENTARIO